sábado, 27 de julio de 2013

Demasiadas preguntas



- Por qué me pones esa cara, Jacinta, te pasa algo?... Coño, y porqué te tapas la boca con las manos como si estuvieses asustada?... Estás asustada, Jacinta?... Hala, y qué hace aquí tu hermana Clara?... Estás llorando, Clara?... Joder, aquí pasa algo y no sé de qué va la vaina!... Y porqué me está mirando a mi este cura mientras reza?... Oye, y qué cojones hace un cura en mi casa?... Y porqué me habeis cerrado los ojos?... Anda la hostia, resulta que me habeis cerrado los ojos pero os estoy viendo, je, je, je!, ay, qué risa!, y lo más extraño es que no los puedo abrir. Tampoco puedo mover los brazos ni las piernas!... Qué leches está pasando, Jacinta?!... Pues, mira tú, resulta que se me han quitado las ganas de tirarme pedos, y eso que desde que llegué a la dichosa ancianidad no he parado de pedorrearme y echar meaditas cada media hora o así. Anda, ahora caigo!... La cosa es que estoy muerto y he sido el último en enterarme, ja, ja, ja!... Pero, bueno, decirle al puto cura que deje de hacer el paripé conmigo, leñe!... No he dicho nada, perdón, perdón, ya sé que no me oís. Demasiadas preguntas os he hecho para nada. Bueno, pues vale, estoy muerto, no hay más que hablar.

viernes, 26 de julio de 2013

El más peligroso asesino del franquismo

  



Le bastó una mirada para hacerse entender por su subordinado. Entre los dos agarraron con fuerza al detenido y lo llevaron hasta la ventana.
- No me tiren!, no me tiren!... no, no, no!
A pesar de la paliza que acababa de recibir y de las torturas de días anteriores, aún conservaba fuerzas para resistirse a sus verdugos. Era un chico joven.
- Espera, Paco, está pasando gente. Cuando yo te diga.
- No me tiren, por favor, no me tiren!
- Cállate, rojo de mierda!... Ahora, Paco!

Tres pisos. Se estrelló contra el bordillo de la acera, ante el asombro de varios peatones que se acercaban y la presencia de un coche en el que viajaba un matrimonio y sus niños.
No era la primera vez, ya que se trataba de la especialidad de "Billy el Niño", el epílogo tras un variado repertorio de torturas. Esta era su forma expeditiva de desembarazarse de un detenido.
"Billy el Niño", de nombre verdadero Luis Antonio González Pacheco, era un perro asesino a las órdenes de otro perro asesino: Francisco Franco. El "invicto caudillo" disponía de sicarios con "fe inquebrantable" que asesinaban para él. Y esto había ocurrido desde siempre y seguía ocurriendo cuando el franquismo ya tocaba a su fin.
Y "Billy el Niño" aún se mantuvo en su puesto durante los años de la Transición. A él se le atribuye su participación como enlace entre la CIA y los asesinos de los abogados laboralistas de Atocha, junto con otro hijo de la gran puta llamado Mariano Sánchez Covisa.

Y en aquellos años de confusionismo político y ruído de sables, esta alimaña fue condecorada repetidas veces. Pero ningún político acudió a su entierro porque estaban cambiándose de chaqueta para "servir a la Democracia"

jueves, 25 de julio de 2013

Un alto en el camino interminable



- Soooooo...!!
Se detuvo la marcha. Frenaron las tres carretas. Los viejos mulos y los rocines lo agradecieron.
- Aquí mismo lo haremos - dijo el jefe de la troupe.
Entre varios cavaron una fosa. Las mujeres lloraban.
- Traed el cuerpo - gritó el mismo hombre.
El cuerpo era pequeño y apenas pesaba. El hambre y la edad le habían dejado en los huesos. La enfermedad terminó rematándole.
Lo introdujeron en la fosa con cuidado. Algunas mujeres dijeron un rezo que se sabían a medias, aprendido en los días en los que se metían en las iglesias disfrazadas de beatas para que no las descubriesen.
Algunos hombres blasfemaron.
El hombre que les mandaba pronunció unas palabras antes de echar tierra sobre la fosa.
- No nos han dejado enterrarte en sagrado, Rogelio, pero tú eres más sagrado para nosotros que todos los monjes, frailes, cardenales y papas juntos, y que todas las malditas iglesias y catedrales del mundo. - Elevó la voz - Tú has sido el más grande maestro de comediantes y la mejor persona que hemos conocido. Descansa en paz, Rogelio, que a lo mejor hay un Dios que nos quiere y que está por encima de todos estos cuervos ensotanados. - Cambió el tono de voz para ordenar: - Hala, ya podeis echarle la tierra encima. Y vamos espabilando que aún nos quedan tres leguas para Villar de La Virgen.
- Mal me suena a mi ese nombre, no sé si nos permitirán trabajar. - Murmuró un cómico viejo.
- No hay otro pueblo más próximo que nos libre de las lluvias del noroeste - respondió el cabecilla - y alguien se acercará si acampamos a una legua.
- Que Dios nos proteja! - exclamó una mujer, y algunos la miraron mal.
Y las carretas se pusieron en marcha - "Arre, mulo, arre!" - rumbo a ningún lugar del mundo y tragando leguas a todas partes, rodando hacia el futuro, hacia nuestros días y mucho más allá en el tiempo, con su cargamento de historias imaginadas en hechos de la propia vida.
"Ay, mísero de mi!, ay, infelice!... apurar cielos pretendo ya que me tratais así... qué delito cometí contra vosotros naciendo?!...!

A todos los cómicos y cómicas... de la legua y de los tiempos que corren.

miércoles, 24 de julio de 2013

El señorío de sus señorías



( José María Gil Robles, abogado y político de derechas. Fue "Ministro de la Guerra" )


Los políticos de antes, por norma general, eran más agudos que los de ahora, más ocurrentes. Me refiero a los de antes de la guerra, por supuesto, y lo eran incluso los de derechas, nada que ver con los tocinos de ahora. Aquellos "padres de la patria" leían, iban a conciertos, a teatros, participaban en tertulias, en debates... Eran gentes con sentido del humor. Eran inteligentes.

José María Gil Robles, Ministro de la Guerra por entonces ( que no se decía de "Defensa" ) fue interrumpido en el Parlamento por un rival político que le dijo: "Todos sabemos que su señoría pertenece a la clase de los que aún llevan calzoncillos de seda bordados" A lo que Gil Robles contestó: "Acaso lo ha comentado la esposa de su señoría?"

martes, 23 de julio de 2013

Nace un nuevo instrumento

  

- Cierto, señora marquesa, la duquesita nos ha fascinado a todos con su concierto.
- Me gustaría haber asistido. Y decís que la pequeña Elizabeth es tan joven como virtuosa?
- Oh, apenas tiene quince años y su virtuosismo es tal que despierta la admiración de las gentes. En sus manos cualquier instrumento se convierte en un emisor de notas maravillosas. Música Celestial, señora marquesa!
- Callad, callad, baronesa, no blasfemeis!... Dejemos a Dios en su sitio y a las cosas terrenas en la Tierra.
- Disculpad mi impetu, señora marquesa.
- Estais disculpada. Y qué hubo de ese nuevo instrumento que se disponía a probar?
- Inenarrable, señora marquesa, terminó con el laud y nos sorprendió muy favorablemente con el nuevo instrumento. Es mucho más sonoro y vibrante que el laúd, e incluso tengo entendido que muchos músicos han abandonado sus laúdes y ahora sólo interpretan con la "guitarra"
- "Guitarra" decís que se llama?!... Qué nombre más feo, no?


Corría el siglo XVII en Europa y los músicos estaban desterrando el laúd en favor de la vanguardista guitarra, un instrumento de cuerda que cautivaba al público por su mayor sonoridad. Los melómanos la auguraban un gran futuro.

( Relato inspirado en una nota publicada en la revista "Historia y Vida" )

lunes, 22 de julio de 2013

La noche de los muertos mediáticos



- Huye, María Fernanda, huye! - Gritaba Severino con todas sus fuerzas, con las poquísimas fuerzas que aún le quedaban - Sálvate tú, María Fernanda, tú que estás a tiempo!
- Qué va a ser de ti, mi amor?!... - Gritó con un llanto incontenible la desolada María Fernanda.
- En mi no pienses ya, que es peor!... Huye!, huye!, huye!...
Severino Salmón, 27 años, desempleado, fumador, hijo único, coleccionista de airgamboys antiguos y aficionado a los comics de zombis y al Real Madrid, se acababa de romper una pierna mientras huía con su novia María Fernanda de los zombis de verdad que les perseguían. Se había escachifollado la extremidad inferior izquierda al intentar saltar una zanja no señalizada cuya presencia advirtió tarde.
María Fernanda dio un rodeo para sortear la zanja maldita y se despidió cinematográficamente de Severino con un te quiero y mogollón de lágrimas, como en la película Titanic pero con menos romanticismo, pues una zanja no es igual que el Océano Atlántico helado.
- Venga, María Fernanda, que ya llegan!... Están llegando, míralos!... Sálvate, mi amor!
Y María Fernanda huyó despavorida dejando al pobre Severino a merced de los zombis mediáticos.
Con sus carnes colgando, sus semblantes terroríficos, sus ojos inexpresivos, sus uñas afiladas, sus greñas espantosas, su olor a podrido... fueron apareciendo Fraga Iribarne, Bil Laden, Gadafi, Hitler, Sadam Husein, Calígula, Queipo de Llano, Ceacescu, Idi Amín, Millán Astray, el estrangulador de Bostón, Fernando VII, Jesús Gil, Pinochet y unos doscientos cincuenta más, y detrás de todos el más chiquitín: Francisco Franco, pero muy serio y muy digno él, como si estuviese desfilando bajo palio. Y también había muchos obispos zombis.
Varios de los monstruos cayeron en la zanja y sobre Severino. El último pensamiento del joven fue para su amada: "María Fernanda!, María Fernanda!, María Fernanda!"
- Qué, cariño, qué?!... Despierta, despierta ya!... Has tenido una pesadilla, mi amor!
- Jo, y vaya pesadilla!, no se la deseo ni a Rajoy.




sábado, 20 de julio de 2013

Una mariconada inglesa



Primer tiempo

Luciano y su esposa Virtudes hablaban con preocupación de su hijo Leovigildo.
- Me intriga mucho lo que ocurre, Luciano. No es normal que Leo desaparezca todos los domingos y no lo veamos hasta caer la tarde.
- El chico tiene buen color, come bien y en la fábrica trabaja como el que más. Ya ha cumplido los quince, Virtu, y se supone que no quiere hablar de todo con nosotros, ya no es un crío.
- Pero ni siquiera una palabra para tranquilizarme, aunque sea a mi que como madre sufro lo mio?... Ay, Luciano, que esto no me gusta nada!, cuando oculta tanto sus andanzas es que no puede ser nada bueno.
- Ca, mujer, a lo mejor es que tiene ya una novieta y le da vergüenza decírnoslo.
- Oye, Luciano, pues ahora que hablas de eso... no nos habrá salido el chico...
- Maricón?!... Cagüen la hostia, ni lo mientes, Virtu, que si me entero yo de tal... me cagüen!...  que le rompo la cabeza con una maza!... Yo, "Luciano el Bravo", con un hijo maricón?!... No será verdad, cagüen el copón divino!






Descanso

De común acuerdo con la sufridora Virtudes, Luciano decidió espiar a su hijo Leovigildo el siguiente domingo. Le siguió de lejos, pero sin perderle de vista, hasta un lugar en donde el muchacho se reunió con otro montón de muchachos. Los había de diversas edades, entre los catorce y los dieciocho años. Al principio no encontró explicación a lo que vieron sus ojos, pero poco a poco se fue enterando. Era un juego.







Segundo tiempo

- Es un juego, Virtu, una solemne estupidez de juego, pero un juego a fin de cuentas. Nuestro hijo no es maricón, gracias a Dios, ni tampoco los que están con él, les conozco a todos y son tíos muy machos, pero el juego sí es una mariconada.
- Sí debe serlo, Santo Cielo, porque me has dicho que juegan en calzón corto.
- Sí, un calzón cortito y, claro, están con las piernas al aire. Desde las rodillas para abajo se les ven las piernas.
- Jesús, José y María, y en plena calle!
- No, en el prado del tío Eleuterio. La cosa es que se forman dos bandas que luchan por un trozo de cuero inflado en forma de bola. La gracia es que sólo pueden tocar la bola con los pies, je, je!, la llaman "balón", menos dos de ellos que están en los extremos del prado y se les permite agarrar el "balón" con las manos para que no pase por entre dos postes que hay clavados. Es una mariconada que les han enseñado los marineros de los barcos ingleses.
- Luciano, tienes que hablar muy seriamente con Leovigildo y prohibirle que nos ponga en ridículo ante todo el pueblo.
- Bueno, en este caso está todo el pueblo en ridículo porque allí vi a todos los chavales del pueblo.




  


Primer tiempo de la prórroga

Y el bueno de Luciano habló "de hombre a hombre" con su vástago Leovigildo.
- Mira, a mi me parece una tontería y se pasará de moda como todas las tonterías, pero tu madre está sufriendo porque no le gusta que te pongas en calzones para patear una bola.
- Es un "sport", padre, lo practica mucha gente en la Inglaterra y se conoce como "football", y a mi me gusta mucho.
- Oye, te invito el domingo a los toros, qué te parece?, eso sí que es superior, hijo mio, una gloriosa tradición española!
- No, padre, es mi único día libre y prefiero ir a jugar al "football"
Don Luciano pegó un puñetazo en la mesa.
- Me cago en los putos ingleses y sus mariconadas!... Vas a matar a tu madre a disgustos, mal nacido!







Segundo tiempo de la prórroga

Pero Doña Virtudes vivió 93 años y hasta esa fecha vio muchos "matchs" de "football" y admiró la destreza con que su hijo se movía por el prado y por otros campos persiguiendo el balón y metiéndole "goals" al "goalkeeper" Y Luciano entonces se enfadaba con ella: "Vamos a ser la vergüenza del pueblo, Virtudes, una mujer asistiendo al "football!"

Estábamos a principio del siglo XX, el "football", un nuevo vocablo formado con las palabras "foot" y "ball", pie y bola, pronto se castellanizó como "fútbol" y tuvo una grandísima aceptación. Al contrario de lo que pensaban Don Luciano y otros, la moda no fue pasajera. Lo demás ya es historia y ustedes la conocen muy bien. Pero los viejos de todas las épocas, siempre verán con recelo, o con abierto rechazo, las modernidades que causan furor entre los jóvenes.







lunes, 8 de julio de 2013

El espectáculo nuestro de cada día



Se levantó de muy buen humor. Sus amigos el Odio y la Muerte le esperaban un día más. El Odio entre seres humanos que hace posible que la Muerte trabaje a destajo. Sin ellos no extirían las guerras ni los conflictos callejeros y él no tendría trabajo. Bueno, sí, viviría posiblemente de las bodas, bautizos y comuniones, o de retratar top models o tías en pelotas o animales exóticos para alguna revista de divulgación ciéntifica. Pero le gustaba esta mierda de la guerra, se sentía a gusto después de doce años descargando adrenalina y poniendo cuidado para que la metralla no le alcanzase a él. El quid de la cuestión era retratar el horror sin que el horror se cebase en su persona, estar siempre en el lugar de la hecatombe cuando las bombas ya han caído y los afectados se mueven sin rumbo, atontados, con sus rostros expresando desconcierto o terror, o tendidos en el suelo con miembros amputados, rotos sus cuerpos por la metralla y gritando desgarradoramente. Estas eran las imágenes que vendían más periódicos y revistas, en portada naturalmente, cada vez más truculentas para lograr el más difícil todavía, así como en un intento muy profesional de superar todo lo retratado hasta el momento: guerra civil española, guerras mundiales, Corea, Vietnam, Argelia, Afganistán, Los Balcanes, Irak, Angola, Nicaragua... A ser posible niños, enfermos de hospitales, clientes de supermercados... Los señores de la guerra tienen muy claro que las matanzas de inocentes hunden sicológiocamente al adversario, y mejor que mejor si son masacres masivas. Los hijos de puta de Franco y Hitler ya lo hicieron en Erandio, Gernika y la franja del Mediterráneo por donde huían millares de inocentes.







Se levantó de un humor excelente y contribuyó a potenciar este estado de ánimo el suculento desayuno que le sirvieron en el hotel. El conflicto aún no estaba en una situación extrema como para que escaseasen los alimentos, sobre todo en los hoteles de lujo. Tal conflicto era jodidamente enrevesado. Hacía un año que las primeras elecciones democráticas en Egipto habían subido al poder a unos santones islamistas: los "hermanos musulmanes", y estos, en lugar de dedicarse a estabilizar el país, se empeñaron en putearlo a tope, imponiendo el totalitarismo religioso con todas sus santísimas mierdas. El pueblo, que no en vano había conseguido echar a un tirano poco antes, explotó contra los santones. La situación se puso muy cabrona y decidió intervenir el ejercito. Y ahora, este ejercito, el eterno puteador de Egipto, "salvaba a la patria" con un golpe de estado. Para echarse a temblar. Se juntaban el hambre y las ganas de comer. Y, claro, los iluminados de Alá se fueron a por los militares y los militares se fueron a por los iluminados. Y en medio del desastre estaba nuestro amigo, bien desayunado, con su cámara Nikon en ristre y dispuesto a jugarse el tipo moderadamente para intentar un foto premio Pulitzer, es un decir. Acudió a las calles en donde combatían más encarnizadamente los partidarios de Mohamed Morsi y sus enemigos los golpistas.
"Ya la tengo!"









Logró varias instantáneas de un hermano musulmán tendido en el asfalto en medio de un charco de sangre enorme y rodeado de colegas ( La he visto en la portada de El País, pero no aparece en google ) Luego hizo varias más de militares y barbudos corriendo, un hombre limpiando el rostro ensangrentado de un compañero, mujeres gritando, hombres trasladando a heridos... Algunas de ellas saldrían en los periódicos del día siguiente de Madrid y Barcelona, de toda España quizás.
Es la guerra!... El espectáculo debe continuar!