viernes, 28 de febrero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XXXIX )

                                              


( Bellísimos lugares marineros del Cantábrico, cerca de la zona en donde se desarrolla nuestra historia )


No sacó ninguna conclusión el inspector Madero de la entrevista que mantuvo con las dos actrices y la aspirante. Por momentos casi se creyó que las mujeres habían actuado de buena fe, dejándose llevar por un impulso de solidaridad ante la desgracia de un pueblo herido por la muerte de dos de sus vecinos en muy poco tiempo. También creyó ver una estrategia muy bien disimulada de promoción. Aunque no llamaron a los fotógrafos, sabían que alguien se iba a enterar, como así ocurrió. Dos reflexiones pulularon por el cerebro de Madero. Una: "Son buenas fingidoras, a fin de cuentas son actrices". Y dos: "Me estoy desviando del caso, veo sospechosos en todas partes, y a fin de cuentas estas mujeres sólo son unas frívolas que han buscado ser el centro de atención en el sitio menos indicado" Más no podía hacer. Someterlas a un "interrogatorio serio" hubiese sido un escándalo, pues no eran sospechosas de ningún crimen. Y la primera reflexión volvía a su cabeza con insistencia, quizá por degeneración profesional o por un interés fantástico del subconsciente de verse inmerso en un caso policial literario, como si estuviese dentro de una novela de Lorenzo Silva: "Las autoras materiales de los asesinatos vuelven al lugar de los hechos con el afán morboso de ver los efectos de su hazaña, el sufrimiento de unos familiares, de unos vecinos, de un pueblo..."

Mejor suerte tuvo el periodista Alfonso Paz. Moviendo los hilos entre los correveidiles del festival se entero de que la tal Tatiana Taylor estaba menos dotada para el arte dramático que Toni Cantó para la política. Su "talento", la tal Tatiana, se lo mostraba en la intimidad a su descubridor, el cineasta Fausto Ordoñez. Este la había conocido en Veracruz, México, mientras rodaba su película "Son ustedes dos malditos polis asesinos" ( polis zombis ) La tal Tatiana tenía fama de "putón" hasta que conoció a un delincuente con el que convivió durante varios meses. Pero esta breve relación concluyó al sentirse deslumbrada por el cineasta Ordoñez, el cual la engañó con la promesa típica de lanzarla al estrellato. En caso de que la moza insistiese, Ordoñez "cumpliría su palabra" dándole una personaje insignificante en su próxima pelicula, eso sí: desnuda, algo así como una "figuración especial con frase", lo mismo que hace Santiago Segura con determinados frikis.
Pero la suerte del cabrón de Paz fue mayor: Un productor de los que saben mimar a sus estrellas "convenció" al plumilla sobre la necesidad de no machacar a las chicas con una crítica despiadada por la tontería de hacer "turismo funerario", y a este convencimiento contribuyó un sobrecito al estilo de los que repartía Bárcenas y de los que se reparten con gran generosidad en el mundo de los toros. El resultado fue un articulito muy elogioso que terminaba de esta manera:

"Resumamos: Absolutamente ejemplar el comportamiento de las famosísimas actrices Karla Montellano y Soraya Montiel, así como el de la talentosa aspirante al mundo del celuloide Tatiana Taylor. Tres personas solidarias y piadosas que no dudaron en dejar por un día su mundo de oropeles y agasajos, cual estrellas mimadas por la diosa Talía, para mezclarse entre los humildes vecinos de Valdurriales de las Monjas y llorar por las almas de dos hombres vilmente asesinados"

- Asqueroso, absolutamente asqueroso!... Este tío es un despreciable limaco! - vociferó el inspector Madero tras leer la "lisonjera" cróniquilla - Por cierto, ahora recuerdo que tengo que hacer una llamada. Un momento, Jiménez.
- Adelante, mi teniente.
Esperó cuatro segundos a que uno de sus hombres atendiese al móvil.
- Diga, inspector!
- Se ha informado ya del lugar, García?
- Sí, mi teniente, por los alrededores del castillo de San Andrés.
- Ajá, correcto. Pues inténtelo esta misma noche, y tenga cuidado, ese hijo de puta es astuto. Tápese bien.

( Mañana sábado publicaré el cuento "La Bella Durmiente violada", y el próximo lunes continúa el culebrón )                       

jueves, 27 de febrero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XXXVIII )

                                                                     


El inspector Madero y su principal colaborador Jiménez se quedaron en la parte de atrás de la nave. Manolete, que estaba a uns pocos pasos, se abrió paso entre varios cuerpos apretujados para unirse a los polis. Al gasolinero le molaba codearse con un detective y al inspector le vino muy bien su compañía a fin de que le informase un poco de la situación.
- Las artistas de cine están delante de todo. Ahora, cuando se arrodille la gente, las podrá ver. Los que están en el banco de autoridades, a la derecha del altar, son el alcalde, Don Blas, y tres concejales.
Aclaración innecesaria porque el inspector ya los había interrogado.
- Ese de ahí, el de la camisa a cuadros, es mi jefe, Don Sebastián. ( Le había interrogado Jiménez ) Ese feo de ahí, a la derecha, ese, sí, es Genaro Ruiz, el hermano yonqui del difunto Joaquinillo. Parece que ahora se porta bien porque está haciendo una cura de desintoxicación.

A la salida de la iglesia ocurrió lo que cabía esperar: una turba de salidos, especialmente los solteros y los más jóvenes, se echó literalmente encima de las actrices.
"Un tógrafo!, un tógrafo!", gritaba Miguelín, el que ahora era considerado el tonto oficial tras la muerte de Joaquinillo.
- A ver, apártense, coño, dejen trabajar!
Rugió Alfonso Paz poniendo un micrófono en la boca de Soraya Montiel y dirigiendo la misma pregunta a la tres.
- Qué las ha traído aquí?... Conocían al difunto?
Respondió Soraya intentando mantener la serenidad ante aquel al que consideró enseguida un imbécil:
- Hemos querido solidarizarnos con la gente que sufre en este pueblo. Las actrices tenemos corazón y sentimientos.
- Oiga, señor, - habló ahora la uruguaya Karla Montellano - en mi país somos creyentes y practicantes y honramos a nuestros muertos.
El reportero odioso dirigió ahora el micro a la boca de la enigmática escultural:
Y usted, señorita, también es actriz?... Nos podría decir su nombre?
- Soy Tatiana Taylor y aspiro a hacer cine.
- Y qué proyectos tiene usted a corto plazo?
- Uy, pues... Uy, ah, sí!, quisiera interpretar a la Capitana Indestructible. Sabía usted que se va a hacer una película de la Capitana Indestructible?
Los empujones y codazos de la chusma empezaron a incomodar seriamente a las actrices. Alguien se atrevió, incluso, a pellizcarla en el trasero a Tatiana Taylor. Fue justo en este momento cuando se acercó el cabo Modesto con dos guardias.
- Venga, todos para casa!... Dejen de importunar a las señoritas!
El periodista quiso decir algo referente a la libertad de expresión, pero prefirió dejarlo. Ya tenía lo que necesitaba, las fotos y las chorradas de respuestas, lo suficiente para machacarlas con uno de sus artículos mordaces. Y además, se le había ocurrido una idea: Las seguiría con el coche hasta Lobodoiro en plan paparazzi hijoputa. Le dio las llaves del vehículo a su enano infiltrado y él se sentó en el asiento de al lado con la cámara de fotos, esperando a que arrancase el coche de las estrellas. Observó que el detective incompetente se había puesto a hablar con ellas.
- Vale, todo eso que me cuentan sobre su devoción cristiana y tal está muy bien, señoritas, pero les agradecería que se fuesen por su propia seguridad. No podemos darles protección, necesito a mis hombres para otros cometidos, comprenden?
- Sí, señor, - se adelantó Tatiana Taylor - y deseamos que tenga mucha suerte en su trabajo y resuelvan los crímenes.
- En eso estamos. Por cierto, mañana me gustaría tener una entrevista con ustedes en su hotel. Con absoluta discreción, por supuesto.
Las causantes de la gran excitación de los machos en Valdurriales de la Monjas, salieron por fin rumbo a Lobodoiro, rumbo a sus hoteles, sus cines y sus alfombras rojas.
- Pues menos mal que no les ha dado por venir a los propios Dimitri Kalashnikov y Renata Otolina, - comentó Jiménez - porque entonces esto habría sido el caos!

El reportero conflictivo se encontró con la desagradable sorpresa de que tenía una rueda pinchada. El padre Bernardo miró al Cielo y rogó al Señor que le perdonase por este "pecadillo leve" Era la primera vez en su vida que pinchaba una rueda. ( Paz, en su celo por dejar el coche fuera de la vista de la chusma, lo había aparcado en la parte posterior del templo, junto a la puerta de la sacristía )
El pater se acercó al inspector Madero.
- Señor inspector, quisiera ponerle en conocimiento de algo muy grave.
Madero se le quedó mirando con cara de sorpresa. No se esperaba que el cura le viniese con una denuncia.
- Seré muy breve porque tengo que encabezar la comitiva al cementerio. Se trata de aquel degenerado. - Y señaló hacia el lugar en donde Alfonso Paz seguía blasfemando y pataleando por el inoportuno pinchazo.

( Continuará )

miércoles, 26 de febrero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XXXVII )

                                                    

( Imágenes de "Zombis de una galaxia lejana" y "La amenaza de las cucarachas gigantes" )


Karla Montellano era una guapísima estrella de la televisión uruguaya que había triunfado clamorosamente en su primer largometraje: "La monja exorcista feminista" Soraya Montiel, segoviana, formada como actriz en teleseries españolas y algunas películas de coproducciones baratas, acudía por primera vez al festival de Lobodoiro para defender la película en la que participaba junto al galán italiano Silvio Napolitano: "La amenaza de las cucarachas gigantes", dirigida por el también italiano Sandro Sorboni. ( "Zombis de una galaxia lejana", "La momia sabe karate"... ) La tercera en concordia, la más sensual y escultural de las tres, era una incognita para los cinéfilos del festival, y de ella se rumoreaba que era una aspirante a actriz y que su presencia en el festival obedecía a una cuestión práctica, muy práctica entre las modelos, actrices primerizas, triunfitas, grandes hermanas y todo tipo de locuelas por la fama: llamar la atención de los productores y directores, especialmente de los de bragueta más caliente. Saber su verdadera indentidad y pretensiones se había convertido en el objetivo principal de Alfonso Paz a cortísimo plazo, en cuanto terminase la ceremonia fúnebre.
Ya tenía la foto que quería de las actrices en la iglesia, así que decidió salir a echar un cigarro. Además, no le pasaron desapercibidas las miradas de mala hostia que le dirigió el cura. En la puerta se cruzó con el inspector Madero y Jiménez, que llegaban en este momento. La mirada que le dedicó Madero fue más mortífera que la del cura.

( Continuará )                               

martes, 25 de febrero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XXXVI )



La iglesia estaba llena a excepción de los ateos y fumadores que no respetan ni a los muertos recientes, pero que acompañan a sus mujeres, madres o novias hasta el recinto sagrado, como buenos maridos, hijos o novios. Algunos de ellos hubiesen entrado de saber que en este funeral había algo especial para deleitar la vista y hacer trabajar la imaginación.
En las ceremonias con féretro, las miradas del público solían repartirse entre los deudos del finado y el ataud, que ocupaba un lugar prominente entre el altar y el primer banco. De los familiares del muerto interesaba saber si lloraban o no lloraban, si estaban "enteros o rotos" Al feretro lo miraban con el reverente respeto con que se mira a un símbolo terreno del Más Allá, como pensando: "ahí estaré yo cuando me toque" Pero esta vez, la mayoría no miraba al féretro ni a la falsa viuda, es decir, a la amante, Fernanda, que todos estaban enterados de la relación de la pareja por mucho que ellos intentaron ocultarlo. Esta vez las miradas convergían en las tres figuras despampanantes de ceñido luto, velos negros y gafas ahumadas, las que seguían la ceremonia desde la segunda fila. Las pueblerinas maldecían internamente a aquellas frescas que tenían alterados a los machos desde su llegada, que no es lo mismo provocar pasiones desde una pantalla que calentar a los brutos en directo. Y los machotes no despegaban la mirada de los glúteos de las estrellas. Don Bernardo se percató enseguida de esta profanación de la ceremonia, pero supo mantenerse digno y sagrado en su cometido, recitando su sermón habitual para difuntos, recordando a los "aquí reunidos" lo de siempre: "las virtudes humanas y cristianas de nuestro hermano Rogelio que ya está en la Gloria de Dios"
El flash de la cámara de Alfonso Paz iluminó por un instante a las artistas, como si estuviesen en la alfombra roja del "Gran Teatro-Cinematógrafo de Lobodoiro", un "sagrado recinto" del séptimo arte que se había librado de ser troceado en minicines gracias al festival del terror.
La cara de Don Bernardo se transfiguró al descubrir a aquella "alimaña" que alteraba la paz de la ceremonia. "Maldita sabandija, repugnante bicho!" Los pensamientos del viejo clérigo no pudieron abstraerse de maldecir y anatematizar al "bicho" que él conocía muy bien y al que consideraba "el más repulsivo de los pecadores"

( Continuará )