viernes, 31 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XVII )




En un hostal de Lobodoiro.

Dos cuerpos ya maduritos se abrazan entre las sábanas de una habitación con cama de matrimonio y vistas al mar Cantábrico. Es su refugio secreto, en donde se sienten libres de las miradas y las críticas de sus vecinos, a sólo veinte kilómetros de Valdurriales, pero como si fuesen muchos más, porque Lobodoiro ya empieza a "llenarse" de forasteros, ya están llegando los veraneantes de todos los años, y en poco menos de dos semanas la población ascenderá a 50.000 almas.

- Te noto raro ultimamente Rogelio, me ocultas algo?
- Nada, la tienda... se hace poca caja y son muchos los que compran de fiado. La puta crisis!
- No, no es eso, a ti te pasa algo más serio. Ay, Dios, siempre te lo he dicho, deberíamos habernos casado cuando enviudaste, y ahora no estaríamos escondidos cada vez que queremos acostarnos juntos.
- Ya vas a empezar con la cantinela de siempre, Fernanda? No me pareció bien que nos casaramos a nuestra edad y punto, no hay más que decir.
- Es mejor así, verdad?, follando a escondidas como chiquillos!



En el cuartelillo de la Guardia Civil de Valdurriales de las Monjas.

- Alguna novedad, Serafín?
- No, mi cabo, lo de siempre, una discusión en la taberna, pero no ha llegado la sangre al río.
- Pues es posible que tengamos pronto novedades en el caso del asesinato de Joaquinillo.
- Caramba, qué bien!
- El inspector Madero ha llamado para decirme que en breve sabrá si el sospechoso ha sido localizado. Hay esperanzas de que así sea. Otra cosa, Serafín, si te pasas por el quiosco de periódicos hazme un favor, es algo que me ha pedido mi sobrinillo. Ah, aquí lo tengo apuntado: "el ultimo número de las Aventuras de la Capitana Indestructible"
- Es un comic muy bueno, mi cabo, yo también lo colecciono! Esta semana toca "Capitana Indestructible contra los piratas del Océano Indico"
- Vale, pues lo compras, hazme el favor.

( Continuará )

jueves, 30 de enero de 2014

Uno a uno a sin prisas ( XVI )



Manolete se acercó de varias zancadas al coche y dio de cara con el policía, que ya se había bajado.
- Mire usted, yo no sé si será importante, me ha venido a la cabeza ahora mismo, quizá no me vino antes porque lo que voy a decir fue varias semanas atrás, osea, tiempo atrás de cometerse el crimen.
- Vamos, dímelo.
- Un hombre negro, bueno, negro o mulato, como de treinta años o más. Vino un par de veces, pero no a comprar gasolina. Aparcó el coche ahí y se fue por el camino ese... ese de ahí, donde están las moreras.
- Ese camino lleva al pueblo?
- No, bueno, no exactamente, hay que dar un rodeo muy grande para llegar al pueblo, lleva a las ruinas del convento de Santa Clara, el de las monjas clarisas, y siguiendo más adelante, pero por un caminillo muy malo y con mucha pendiente, se puede alcanzar la ermita de San Antón. Sabe usted, yo no le di importancia, pensé que era uno de esos forasteros que buscan setas o manzanilla.
- Algún detalle que te llamó la atención, haz memoria. Recuerdas que coche era?
- Sí, sí, lo recuerdo muy bien porque me fijo mucho en los coches, bueno, en los coches y en las mujeres, ji, ji!... Era un rover color granate.
- Recuerdas la cara del hombre?
- Creo que sí, pero recuerdo sobre todo que era alto y algo encorvado.
- Te puede sustituir alguien si faltas al trabajo un día?
- Eh... por qué lo dice?
- Tú contéstame.
- Bueno, cuando he tenido que ir al medico o a algún asunto importante, se ha quedado aquí el jefe, Don Sebastián.
- Mañana te vas a presenter en la comandancia de la guardia civil de Lobodoiro para colaborar con mis hombres haciendo un retrato robot, estamos?, así que ponte en contacto ya con Don Sebastián, y, si pone alguna pega, yo habló con él.
- Joder, qué guay, voy a colaborar en el caso!

( Continuará )

miércoles, 29 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XV )



- Y por qué Don Bernardo?
- Pues porque amenazó de muerte en un par de ocasiones al Joaquinillo.
- Caramba, esto sí que es interesante! Sírveme los detalles, Manolete.
- Verá usted, la noche del botellón, los sábados, los mozos le daban de beber al Joaquinillo para grabarle luego mientras meaba, y después colgaban el video en Internet. Y es que, al parecer, el Joaquinillo tenía una picha muy larga. Y llegó un par de noches Don Bernardo y le amenazó de muerte. No sé si le he dicho que meaba contra la pared de la iglesia.
- Pero no él solo, lo hacían también los chicos, no?
- Bueno, sí, claro, es lo que me han contado, yo no vivo aquí. Habrá que vigilarle, no sea que mate a los chicos uno a uno.
El inspector sintió de pronto que estaba perdiendo el tiempo lastimosamente. Aún así perdió diez minutos más antes de despedirse y volvió a encandilar al joven:
- Puedes serme muy útil, Manolete, si recuerdas algo que te haya llamado la atención, aunque tú creas que es una tontería. No dejes de telefonearme, de acuerdo?
- Sí, señor, encantado de colaborar. Oiga, va a detener al párroco?
- Eh... de momento le someteremos a una estrecha vigilancia. Tú no digas nada, eh?
- Soy una tumba, inspector!
Puso el motor en marcha y se despidió guiñándole un ojo, pero, cuando aún no había rodado cincuenta metros, escuchó unos gritos. Vio por el retrovisor que el gasolinero le hacía señas para que se detuviese.

( Continuará )

martes, 28 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XIV )



- Cómo te llamas, chico?
- Manuel, señor, pero me llaman "Manolete", como el famoso torero, ji, ji!
- Me has dicho que lees novelas policiacas, no?
- Sí, señor me gusta mucho el comisario Maigret de Georges Simenon, Petra Delicado de Alicia Giménez Barlett... Ah, y también algo del comic: Las Aventuras de la Capitana Indes...
- Bien, bien, dime una cosa, si yo te dijese que el asesino es alguien de este pueblo... en quién pensarías inmediatamente?... Ojo, esto es absolutamente confidencial, entre tú y yo nada más.
- Sí, sí, por supuesto! - A Manolete se le habían abierto los ojos como platos, de pronto se encontraba inmerso en una trama policiaca -
- Pues la verdad es que ya he pensado sobre ello, pero... bueno, yo no soy de aquí, sabe?, vivo en Lobodoiro, voy y vengo en mi moto todos los días, y de los clientes no hay ninguno que vea yo así como con instintos asesinos, aunque esto se puede disimular, verdad?
- Por supuesto, los grandes asesinos son grandes fingidores.
- Oiga, entonces usted sospecha de alguno del pueblo?
- Escúchame, Manolete, tú eres un tipo sagaz e inteligente. Venga, rápido, sin pensarlo un segundo!... una persona del pueblo que pueda ser el asesino, el primero que te venga a la cabeza... Venga, ya!
- Eh... pues... Don Bernardo!
- Quién es Don Bernardo?
- EL párroco. Coño, pues claro que sí, pensándolo bien, él puede ser el asesino!

( Continuará )

lunes, 27 de enero de 2014

De uno a uno y sin prisas ( XIII )



( En un pueblecito de estas verdes montañas transcurre nuestra historia )


- Habeis interrogado al empleado de la gasolinera?
- Sí, mi teniente, nos dijo que no se presentó ningún extraño el día de los hechos ni en días anteriores.
- Y al del turno de noche?
- Cierra por la noche, mi teniente, es una gasolinera con poco tránsito.

La estación de servicio "Los Olmos" estaba situada a trescientos metros del pueblo y a dos kilómetros de la autopista, pero era raro que algún usuario de la autopista se acercase a repostar a Los Olmos, a pesar de la indicación oportuna en grandes caracteres: "VALDURRIALES DE LAS MONJAS, ZONA DE SERVICIO, 2 KMS." Esto se debía básicamente a la proximidad de Lobodoiro, un núcleo de población con todos los servicios, además de afamada villa marinera y turística. Por tal razón, cualquier forastero hubiese despertado la curiosidad del empleado de Los Olmos. Los usuarios habituales eran los lugareños con sus coches tractores y motocicletas.

El inspector pagó el servicio y aparcó el coche a unos metros de los surtidores para fumarse un pitillo al aire libre. A su esposa le molestaba muchísimo el olor a tabaco en el vehículo. De paso charlaría con el muchacho, que no estaba muy ocupado y era extravertido y amante del género policiaco. De esta manera le haría cotillear un poco sobre los vecinos del pueblo y quién sabe si conseguía algún dato aprovechable. Más que eso consiguió, mucho más, nada menos que la primera pista del caso!

( Continuará )

viernes, 24 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XII )



Resumen de lo publicado:

( Para quienes quieran honrarme con su lectura a partir de ahora )

Valdurriales de las Monjas es un pueblecito de la Cornisa Cantábrica alejado unos pocos kilómetros del mar y próximo a una ciudad más importante y sí marinera: Lobodoiro. Debe su nombre a que antiguamente hubo un convento de monjas de clausura.
Una vidente local, Grecia Salazar, anuncia que se va a cometer un asesinato en el pueblo e incluso aporta la identidad de la hipotética victima: el tendero Rogelio Briales. Pero pasan los días y nadie mata al señor Briales, hasta que el pueblo se despierta con la terrible noticia de que han asesinado a un infeliz, Joaquin Ruiz, "Joaquinillo" Nadie se lo explica, ni siquiera el inspector encargado del caso, quien cree ver en la acción la mano de un profesional.

Aparte de la nombrada pitonisa y el tendero "superviviente", he citado de pasada al párroco, Don Bernardo, al alcalde, Don Blas, y al guardia raso Serafín. Y he aquí los personajes más importantes sobre el tablero de este juego literario policiaco: El cabo del puesto de la guardia civil de Valdurriales de las Monjas, Don Modesto Salvatierra, y el detective encargado del caso, teniente inspector de la guardia civil Don Maximino Madero.


Retomamos la acción:

- Llénelo, por favour.
- Sí, señor. Jo, es usted un detective, verdad?!
- Pues sí.
El chico de la gasolinera era un devorador de novelas policiacas y así se lo hizo saber al inspector Madero. Este, aprovechando que el muchacho se había posicionado al otro lado del coche para servir la gasolina, marcó en el móvil el número de uno de sus subordinados.
- Habeis interrogado al empleado de la gasolinera?

( Continuará )

El patito guapo



Queridos niños...

Erase una vez un patito que se sentía muy triste porque era guapo. Al pobre patito le decían: "guapo!", "guapo!", y eso le daba mucha vergüenza. El patito quería ser feo como los demás patitos.
- Hay que triste estoy con esta guapura! - se lamentaba el patito guapo.
Su buena mama, Doña Pata, le dijo un día muy dulcemente:
- Deja de pensar en eso, cara polla.
Se lo dijo con todo su amor de madre, pues en el corral de al lado había unas pollitas muy guapas.
Pero el patito guapo seguía erre que erre con su pesadumbre, amargando a todos los que convivían con él. Hasta que un día se hartaron y le tendieron una trampa: cayó en manos de un comando terrorista del restaurante chino "El mono feliz sonríe cuando se hace una paja" Y sabeis, queridos niños, qué fue lo que pasó?
Pues que se convirtió en un delicioso "pato con piña" que fue engullido a plena satisfacción por los comensales de "El mono feliz sonríe cuando se hace una paja"
Y colorín colorado...
... este cuento ha concluído.

                                                             FIN

jueves, 23 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( XI )



- En dónde vio usted que iban a matar a Rogelio?
- No le entiendo.
- En dónde o... cómo lo vio usted?, en una bola de cristal?, en el tarot?, en los posos del café?...
- Ah, no, no!, eso son cosas de charlatanes. Yo tengo premoniciones, barruntos, corazonadas, visiones... como quiera usted llamarlo. Mi parte extrasensorial agraciada divinamente recibe imágenes abstractas que sólo yo sé interpretar. Me entiende usted?
- No, señora, y creo que no se entiende ni usted misma. Vamos a ver, usted no es charlatana, según dice.
- No, señor, soy una bruja Buena.
- Y cómo es que no vio el asesinato de Joaquin Ruiz?
- Ah, no sé, no se puede ver todo! De lo que sí estoy segura es de que vi el asesinato de Rogelio Briales.
- Pero a él no le han asesinado.
- Y qué quiere usted que le diga?
- Y usted vio al asesino?, vio su cara?
- No, señor, en mi videncia solo veía sangre, mucha sangre!... y el rostro aterrado de Rogelio. Bueno, ahora que recuerdo también vi una figura humana borrosa, alguien que huía, posiblemente el asesino; sí, sí, el asesino!... un negro!... eso, era un negro!, ahora los negros están en todas partes.


- Conoce usted a Doña Grecia Salazar?
- Sí, señor, este pueblo es muy pequeño y nos conocemos todos. Y ahora me va a decir usted que la vieja chocha anunció mi asesinato, no es eso?
- Pues sí, y quiero saber qué opina usted?
- Pues ya se lo he dicho, que es una vieja chocha, una imbécil!
- No se altere, señor Briales. Contésteme pensando muy bien la respuesta: Tiene idea de alguien que pueda tener un motivo, el más mínimo motivo para matarle a usted?
- No, señor.


Y una semana después del asesinato de Joaquin Ruiz surgió la primera pista del caso.
Vino el asesino de fuera, amigos lectores, o se encontraba entre los aparentemente inocentes lugareños de Valdurriales de las Monjas.

( Continuará )

miércoles, 22 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( X )



Al entierro y misa por Joaquinillo acudió todo el pueblo, menos algunos que estaban enfermos y los ancianos que no podían caminar. El padre Bernardo, párroco de lugar, deleitó a su piadosa feligresía con un sermón muy bonito en el que ensalzó las "virtudes humanas y cristianas de nuestro amadísimo Joaquinillo"
Los hermanos del difunto, uno de ellos yonqui y el otro trilero, residentes en Lobodoiro, no se presentaron al funeral, cosa que agradecieron profundamente los valdurrialenses porque siempre que estos dos bichos aparecían por el pueblo montaban unos follones de órdago.
El alcalde, Don Blas, ordenó tres días de luto oficial, cosa que no le supuso ningún esfuerzo, pues sólo se trataba de poner la bandera del ayuntamiento a media asta con un crespón negro.

Los agentes al mando del inspector Madero peinaron toda la zona de la ermita en busca de pistas, pero fue en balde, allí sólo quedó la sangre de la victima. El asesino supo muy bien hacer su trabajo. Lo que le mosqueaba al inspector era no tener todavía una idea del móvil ni una lejanísima idea sobre la identidad del asesino.
Tras la ardua tarea de interrogar a los lugareños, las cosas siguieron igual. Tampoco la pitonisa Grecia y el tendero Rogelio aportaron la más mínima pista. De estos dos se encargó personalmente el inspector Madero y el interrogatorio fue más largo, del cual ofreceré un breve resumen en el próximo episodio.

( Continuará )

lunes, 20 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( IX )





El teniente Madero, inspector de homicidios de la Guardia Civil, era un buen conocedor de su oficio, un sabueso de larga experiencia no exento de sentido del humor. En los buenos momentos, cuando no le aturrullaba ningún caso, solía decir que, teniendo su apellido, debería haber ingresado en la Policía Nacional y no en la Benemérita.
- Coño, si al menos me apellidase "Picoleto", je, je, je!
Los que le habían escuchado la gracia cien veces, forzaban una sonrisa de compromiso.
Y sus conversaciones favoritas solían girar en torno a las experiencias vividas junto al teniente Bevilacqua y la sargento Chamorro, reputados detectives con los que había colaborado en varias ocasiones, también pertenecientes al cuerpo de la Guardia Civil.
- Con ellos se aprende mucho, pero mucho!
El cabo Modesto, "un guardia de cuartelillo de pueblo" como él mismo se definía, escuchaba admirativamente a su superior.

- Mi teniente, va a interrogar usted a la señora que le he dicho?
- A la pitonisa?... Bueno, yo creo que es una pobre infeliz, lo mismo que el muerto. Otro gallo nos cantaría si la victima hubiese sido el tal... el tal...
Revisó sus notas. Le ayudó el cabo.
- Rogelio Briales.
- Ese, Rogelio Briales. Pero, de todas formas, la interrogaré. De momento no estamos en una situación que nos permita descartar sospechosos o testigos que nos puedan orientar hacia algún sospechoso.
- Por cierto, mi teniente, no sé si tendrá algo que ver con el caso, pero... pero Rogelio Briales está muy raro, ayer no saludó a varias personas que se cruzaron en su camino.

( Continuará )

sábado, 18 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( VIII )



El asesinato de Joaquin Ruiz, "Joaquinillo", conmocionó al casi centenar de vecinos de Valdurriales de las Monjas, sobre todo porque era un pueblo en donde nunca ocurría nada ( "al menos hasta donde la memoria alcanzaba"... para empezar a despertar ideas en los lectores, je, je! )
Dos cosas alteraban más la conciencia de los vecinos y azuzaban su miedo; una, que Joaquinillo era un simplón, un buenazo que se desvivía por hacer recados a todo el mundo; y dos, que el monstruo no se conformó con matarle: metió y sacó el cuchillo veintitres veces.

El inspector Madero, de la guardia civil, llegado exprofeso desde Lobodoiro, la ciudad más importante del entorno y a cuyo partido judicial pertenecía Valdurriales, cambió impresiones con el cabo Modesto tras echar un vistazo al cadáver y una vez que el juez ordenase su traslado al Instituto Anatómico Forense de Santander:
- Mire, cabo, en el lugar de los hechos no hemos encontrado nada hasta ahora, ni una huella, ni una colilla..., esas cosas que nos ayudan muchísimo gracias al trabajo de la científica; y sabe una cosa, cabo?, es muy raro, pero que muy raro, que un asesino inteligente, un profesional, se traslade a un pueblo pequeño con el encargo de matar al tonto del pueblo, no le parece? - Don Modesto fue a responder, pero no le dejó. - De todas formas, he dejado allí a varios hombres para que sigan buscando indicios. Nunca se sabe cuando puede surgir la sorpresa.
"Allí" era en un recodo del agreste caminito que conducía a la ermita, el lugar del trágico punto final en la vida de Joaquinillo.

( Continuará )

viernes, 17 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( VII )



Este episodio se lo dedico a mi buena amiga y lectora Enriqueta Jiménez Herrera, que me lee todos los días desde Facebook. Besos!


Temía Rogelio Briales por su vida? Se había mostrado burlón y altanero cuando el cabo le contó lo que había propagado aquella idiota de Grecia Salazar, pero esa noche se encerró en su casa como si la muerte acechase a pocos pasos, como si ya casi sintiese su aliento en la nuca. Y ahora, al enterarse de la mala nueva, se le pusieron en punta los pocos pelos que le quedaban en el cogote.

"Sois muy malos, lo pagareis"

- Se conoce la identidad del muerto?
- Sí, mi cabo, es Joaquín Ruiz.
- Jodeeer...!!
El guardia Serafín vio como su superior empalidecía subítamente.
- Pero... es imposible!, pero... qué ha hecho ese alma cándida para que le asesinen?!
Efectivamente, el "Joaquinillo", diminutivo por el que todos le conocían, era un simplón, un pobre infeliz incapaz de hacer daño a una mosca. Qué tipo de monstruo podía ser aquel que se cebaba a cuchilladas con un coitado como Joaquinillo?











jueves, 16 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( VI )



Tres días después del "incidente" con la perturbada o perturbadora Grecia, es decir: tres días después del día en el que tenía que ocurrir un asesinato y no ocurrió nada... como era de suponer, el cabo Modesto se sentía humillado y ridículo; consideraba que había hecho el más grande ridículo de su vida advirtiendo a Rogelio de que alguien le iba a asesinar, y sólo porque a una mujer estrafalaria se le había posado el asesinato en su cabeza llena de grillos.
Rogelio se enfadó con él por venirle con paparruchas, y no le llamó tonto por respeto a su galón de cabo y porque había aprendido desde niño que a la autoridad hay que respetarla porque si no te puedes llevar muchos palos. Gregorio era un próspero tendero de Valdurriales que vivía solo en una casita casi a las afueras del pueblo, después de haber perdido a su esposa Honoria por culpa de un terrible cáncer. Sus hijos ya estaban casados y hacían sus vidas en otros lugares de la peninsula. Rogelio se enfadó con Modesto, pero la verdad es que estaba enfadado consigo mismo y asustado.
Don Modesto se atusó el bigote mientras repasaba las típicas denuncias de fin de semana: un caso de maltrato en un matrimonio, el robo de varios conejos y la cantinela habitual del párroco, que todas las mañanas de domingo, después del botellón de los mozos, aparecían un montón de meadas en la fachada de la iglesia, y eso que en Valdurriales no había más de una docena de mozos, pero todos muy meones. Estos eran los tres tipos de "criminalidad" más corrientes en Valdurriales de las Monjas.

- Da usted su permiso, mi cabo?
- Pase, Serafín.
- Mi cabo, acaban de telefonear para decirnos que han encontrado el cadaver de un hombre asesinado en unos matorrales, junto a la cuesta de la ermita. Se sabe que ha sido asesinado porque tiene muchos cortes producidos por arma blanca.
El cabo Modesto carraspeó, siempre lo hacía en estas circunstancias, como un orador cuando va a iniciar un discurso.
- Se conoce la identidad del muerto?

( Continuará )

miércoles, 15 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( V )



Los ojos de un asesino pueden llegar a ver en la noche oscura lo mismo que los ojos de un felino. Pero en esta ocasion al asesino le inquieta mucho más lo que ha visto durante el día. Este día ha sido muy distinto a los otros en la vida de Rogelio Briales. Le ha visto hablando con un cabo de la guardia civil y estaba muy enfadado, gesticulaba mucho. Pero la distancia le ha impedido oír lo que decían.
Y esta noche también está siendo distinta para Rogelio, no sale a la huerta a echar un vistazo a las gallinas, acariciar los perros, comprobar si el viento ha hecho algún destrozo, etc., esas rutinas de todas las noches.
Los ojos de un asesino pueden llegar a ver a quien cree que no está siendo visto, aunque este no descarte que el asesino acecha.
Rogelio ha corrido tan solo dos milímetros la cortina de una habitación que permanece a oscuras y mira hacia el exterior, hacia la huerta, hacia la noche que oculta al asesino... Y los ojos del asesino le están mirando a él. Como el gato mira al ratón. No tiene prisa.

( Continuará )

lunes, 13 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( IV )

El cabo Modesto se recuperó enseguida de la sorpresa porque, a fin de cuentas, estaba hablando con una charlatana, tal fue lo que le rondó en ese momento por la cabeza, y tal era lo que pensaban de Grecia todo el pueblo.
- Mira, Grecia, Rogelio es un hombre muy serio y se va a enfadar mucho cuando se entere de esta majadería.
- No es una majadería, yo soy vidente! - Bajó el tono ante la mirada acerada que le lanzó la autoridad. - Mire usted, Don Modesto, yo estoy cumpliendo con mi obligación moral, doy la voz de alarma por si se puede evitar la tragedia. Mañana, cuando muera asesinado Rogelio Briales, nadie podrá decir que yo no he divulgado mi profecía. Usted tendrá que darle explicaciones al juez si no ha actuado en consecuencia avisando a Rogelio Briales de que un asesino le busca. Yo me lavo las manos porque también se lo he dicho al guardia que está en la puerta y a un par de vecinos que me he encontrado por el camino cuando venía para acá.
El circunspecto cabo Modesto Salvatierra miró a su interlocutora como quien mira a un fenómeno paranormal sin saber a lo que atenerse. "Es posible que este diálogo de besugos sea real y que yo le esté siguiendo el rollo a una pirada porqué... porque casi me estoy creyendo sus desvaríos. Jodeeer!

( Continuará )

viernes, 10 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( III )

- Y quién va a ser el afortunado?
- Sin cachondeos, Don Modesto, que esto es muy serio.
- Claro, para ti lo será!, y para todos los que viven en este país de contarles paparruchas a los tontos y hacer que se las crean.
- Yo nunca he pedido un céntimo por adivinar el porvenir, usted lo sabe muy bien. Lo mio es un don y sólo lo utilizo para ayudar.
- Vale, vale, y ahora me dirás que sólo has visto en tu bola de cristal, o en donde sea, que se va a cometer un asesinato, pero nada más. Si al menos me dijeses la identidad del asesino o la del futuro "fiambre"...
- La del asesino no la sé, pero el muerto va a ser Rogelio Briales.
El cabo Modesto se quedó de una pieza, no se esperaba tanta "exactitud" por parte de la pitonisa.

( Continuará )

Uno a uno y sin prisas ( II )



La señora Grecia hacia mucho tiempo que no daba la nota, por lo menos quince años, desde que se le terminaron sus veleidades de pitonisa porque un día estuvieron a punto de darle una paliza los familiares de un anciano al que le atropelló un tractor. Doña Grecia se empeñó en decir que la tarde anterior había tenido una mala premonición y que le advirtió a Don Saturio, la victima, de que no cruzase la carretera porque la iba a matar un vehículo. A los familiares les dolió muchísimo que la bruja utilizase al difunto reciente para sus supercherías, y casi la linchan.

Tres lustros más tarde, la adivinadora volvía a la carga:

- Vamos a ver, Grecia, que tú ya eres mayorcita para estos juegos, ejem, - carraspeó Don Modesto, el cabo de la guardia civil del cuartelillo de Valdurriales de las Monjas - tú has venido a denunciar un asesinato que aún no se ha cometido. Joder, eso no se puede denunciar!
- Es que si vengo a contar que he tenido una vision futurista me llamais chiflada. Aquí solo se respetan las profecías de Nostradamus y de los mayas, y ni el uno ni los otros da pie con bola. Yo he visto que mañana muere un hombre asesinado en este pueblo, y lo que yo digo va a misa.

( Continúa )

jueves, 9 de enero de 2014

Uno a uno y sin prisas ( I )

Aquí empieza y aquí empiezo un nuevo culebrón, esta vez en mini-episodios por las dificultades técnicas que sufro. Lo mismo que cualquier otra cosa de las que escribo, es para que se lo pierda todo el mundo menos mis lectores incondicionales, que son también amigos. Llevo en mis venas el veneno de la escritura y desde hace tiempo ardo en deseos de hacer algo policiaco.
Veremos como fluye la cosa, pues fiel a mi espíritu anarco-literario, no he preparado nada y no pienso pensar cada día en lo que voy a escribir ese día.



La muerte de alguien es un acontecimiento especial en un pueblo pequeñito, uno de esos pueblos que no pasan del centenar de habitantes, tal es el caso de Valdurriales de las Monjas. Si se trata de un asesinato el acontecimiento adquiere un caráter especialísimo, ya que nadie se imagina que alguien puede matar a alguien ( no siendo a un cerdo, conejo, gallina, etc. ) en donde sólo se respira paz y boñigos de vaca.
Pero... y si el asesinato se anuncia?... Y si alguien corre la voz de que va a haber un asesinato?

Joselín y Ricardín tienen un objetivo.



Cuando Joselín se empeña en algo... bueno es el!

A pesar de su cortísima edad, cuatro añitos, consiguió arrastrar la pesada silla desde el salón hasta la cocina y consiguió subirse a ella, pero... mecachis en la mar serena, aún quedaba muy alto su objetivo!
No tenía otro remedio que pedir la colaboración de su hermano pequeño Ricardín. Bueno, pues mejor. Así, si Ricardín entraba en el plan, ya no era su enemigo, ya no se chivaba a mamá. Necesitaba imperiosamente a Ricardín para que le ayudase a cargar con aquel librote tan pesado.
Cargaron los dos con el librote hasta situarlo sobre la silla. Treparon a la silla y se subieron al librote. Yupiiiiii...!!! Abrieron la puerta del armario y ante sus caritas de golosos apareció... el bote de mermelada!!
La union hace la fuerza, qué gran verdad!... Joselín y Ricardín se sintieron sanamente felices gracias al satisfactorio resultado de un trabajo en equipo. Sólo eso?... Ah, y gracias al tocho con veinticinco cuadernos extras de "Las Aventuras de la Capitana Indestructible"
El empacho de mermelada, la visita a Urgencias del hospital y el mal trago que les hicieron pasar a papa, mamá y la abuelita, ya es otra historia. Imagínensela ustedes.

miércoles, 8 de enero de 2014

La más divertida cabalgata de Reyes Magos de todos los tiempos ( y IV )



- Quién sabe montar a caballo? - Preguntó el morito Ahmed con su major sonrisa.

Don Tirso no conseguía comunicarse con el cabo Eulogio. El primer edil estaba cabreadísimo, sus niños no dejaban de dar la vara y de vez en cuando había que llevar a alguno de ellos a mear. El publico estaba impresentable, al principio se pusieron simpáticos coreando lo de "que empiece ya, que el publico se va", pero ahora decían groserías e insultos: "Cuando hostias va a empezar esto, alcalde?!"... "Todavía están comiendo esos vagos?!" Y el cabo Eulogio que no descolgaba el móvil. Por fin atendió a la llamada:
- Perdone, señor alcalde, con todo este barullo no he oído el pitido del móvil.
- Eulogio, sale la cabalgata o no sale?, ha arreglado usted algo?
- Sí, señor, los de la organización lo están organizando.
- De qué cojones me hablas, Eulogio?!... Qué organización de...
El estampido de un cohete interrumpió sus palabras. La charanga "Los Paquitos Chocolateros" abrió el desfile; detrás de ellos avanzaron las carrozas de los patrocinadores, los tenderos del pueblo, todas con motivos huertanos o estampas pastoriles, cargadas de niños que lanzaban caramelos a los niños del publico; luego una legion de romanos formada por adolescentes del instituto; y finalmente... los Reyes Magos de Oriente, Sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar en persona y a caballo!!
El publico empezó a desternillarse de risa. Nadie había imaginado que aquello podría llegar a convertirse en algo tan abstracto e hilarante. Don Tirso se dijo: "Tierra, trágame!"
El morito Abdul había "disimulado" el color de su cutis embadurnándose con la barra blanca que le presto un amigo que se ganaba la vida hacienda de mimo. Completó la caracterización con una barba de Santa Claus del "Todo a un euro" Era Melchor. El senegalés Ibrahim fue más expeditivo, se conformó con ocultar su negra tez tras una careta de esas que venden en las tiendas de chucherías, de tal forma que el hipotético Gaspar se mostró con el rostro de Mariano Rajoy. Un caballo arisco no se dejó montar y Gaspar iba en bicicleta.
Pero los niños prorrumpieron en fuertes aplausos y gritos de alegría cuando vieron - y por primera vez en la historia de Valdeverdiales - a un Rey Baltasar auténtico, genuino, el verdadero Rey Baltasar y no el pintamonas de Don Melchor Rebollo!... Este gran honor le correspondió al negrito somalí Adam.
Y entre todo este chochifostio festivo, nadie escuchó la voz iracunda de Don Tirso dirigiéndose a su teléfono móvil:
- Eulogio, te voy a cortar los huevos!
                                                                      Fin

A Rafael Azcona y Luis Garcia Berlanga en memoria.

lunes, 6 de enero de 2014

La más divertida cabalgata de Reyes Magos de todos los tiempos ( III )



( Viene del episodio anterior )

- Llama a Eulogio.
- Y qué coño va a hacer Eulogio?
- Algo se le ocurrirá, diantre!
Eulogio era el viejo cabo de la policía municipal, un tipo gruñón y fachorro que solo deseaba llegar a la jubilación sin más problemas de orden publico, pero, por culpa de la avalancha de emigrantes y sus peleas nocturnas, tal deseo no llevaba camino de cumplirse.
El resto de los concejales habían llevado a sus hijos a ver la cabalgata de Murcia capital, que era mucho más vistosa, salían los camellos de un circo, las peñas de moros y cristianos, unas majorettes de Barcelona... y se lanzaban muchos más caramelos que en Verdiales.

- Bueno, pues vosotros sois los que estais en el ajo, no? Vale, pues yo os hago responsables de todo. Quiero que salga la cabalgata echando hostias, entendeis? Os buscais la vida, tíos, como en la mili. Yo tengo que ocuparme del orden publico, que ya es suficiente.
Y les dejó con un palmo de narices. Eulogio había pensado muy acertadamente que ninguno de los catetos que él conocía le iban a resolver la papeleta, y mucho menos los señoritingos. Los unos eran demasiado brutos y los otros no sabían montar a caballo. Además, quién era él para obligar a nadie a meterse en aquel teatrillo?
Los responsables de desfacer el entuerto se miraron boquiabiertos. Unos eran los pajes de la comitiva real y los otros los barrenderos que iban detrás de la cabalgata limpiando las bostas de los caballos: marroquís, argelinos, guineanos, senegaleses, angoleños...
- Quién sabe montar a caballo, tíos? - preguntó el morito Ahmed con su major sonrisa.

En el próximo episodio asistiremos al desenlace de esta trepidante zurbahistorieta. Disfrútenla, querida concurrencia!

viernes, 3 de enero de 2014

La más divertida cabalgata de Reyes Magos de todos los tiempos ( II )



( Viene del episodio anterior )

En Valdeverdiales del Segura está a punto de iniciarse la cabalgata tradicional de los Reyes Magos a caballo. Una multitud se apiña en las calles de este típico pueblecito murciano para ver pasar a sus orientales Majestades. Los niños aguardan también los lanzamientos de caramelos, algo tan típico en la region que hasta se hace en las procesiones de Semana Santa. ( Los propios nazarenos obsequian con dulces y otras chuches a los niños )

- Cómo dices?!... Oye, no me jodas, pero esto va en serio?!... Ay, la hostia!... Y en dónde los han ingresado?, en la Arrixaca?...

Después de preguntar por otros detalles, Don Tirso se quedó mirando embobado el móvil, el cacharrillo por donde acababa de recibir la fatídica noticia. A su lado estaba su señora, Doña Fuensanta, y la recua de críos, cuatro, todos ellos instalados en la tribuna para ver el paso de los concejales de Oriente.
- Qué pasa, Tirso? - preguntó la sufrida cónyuge. Y el primer edil respondió con su delicadeza habitual:
- Una putada!... Una putada muy gorda!... Pues nada, que nuestros Reyes Magos se han intoxicado con marisco en malas condiciones. Ya sabes que es costumbre que se peguen una comilona en este día. Los han ingresado en el hospital de la Arrixaca. Pero bueno, ya están fuera de peligro. El problema lo tengo yo ahora, la gente se está impacientando porque esto ya tenía que haber empezado.
- Llama a Eulogio.
- Y qué coño va a hacer Eulogio?!
- Algo se le ocurrirá, diantre!

Quién es Eulogio?... No están previstos Reyes Magos de reserva en Valdeverdiales del Segura?... Continúa la intriga en el siguiente episodio. No se lo pierdan!

jueves, 2 de enero de 2014

La más divertida cabalgata de Reyes Magos de todos los tiempos. ( I )



Valdeverdiales del Segura es una población murciana de 8.000 habitantes, de los cuales cerca de la mitad son inmigrantes magrebís y subsaharianos, temporeros de la fruta o parados a tiempo completo, según soplen los vientos.
La cabalgata de Reyes Magos de Valdeverdiales es muy pintoresca, los Magos de Oriente salen montados a caballo, como en las cabalgatas que se hacían antiguamente.
Para interpreter a Sus Majestades se van turnando cada año los concejales, a excepción de Don Melchor Rebollo, concejal de urbanismo, que todos los años repite en el papel del Rey Baltasar. Dice que es porque a sus nietos les gusta verle de tal guisa, pero todo el pueblo sabe que lo hace porque es un exhibicionista infantiloide. Nada, cochina envidia, je, je!
Don Melchor se tizna la cara para parecerse a Baltasar; osea, para parecerse a algo parecido a un negro. Ninguno de los 2.000 negros de Valdeverdiales está capacitado para encarnar al rey negro, porque ninguno ha llegado a concejal, y esta debe ser una condición imprescindible, aunque no escrita, en casi todos los pueblos de España, lo cual es todo un contrasentido porque los ediles de Celtiberia tienen más fama de trincones que de obsequiosos, de patanes que de sabios astrólogos de la antiguedad.
Sin embargo, en la presente edición de la cabalgata algo va a cambiar. Entérense ustedes en el próximo episodio. Gracias por su atención!