Soñó que era el día más hermoso de su vida, un día de sol radiante en el que los trinos de los pájaros se mezclaban con las sonrisas y risas de los niños, el murmullo de una fuente cantarina y la música dulce de violin que llegaba de la calle.
Vio junto a ella a sus hijos y nietos que la observaban en silencio, los vio con su mente, que no con sus ojos, pues estos permanecían cerrados. Sintió la mano de su hija Andrea enlazada a la suya.
Y de pronto se vio avanzando hacia una luz resplandeciente, ocurrió en el mismo instante en que se cortó su respiración.
- Mamá nos acaba de dejar. - les dijo su hija Andrea al resto de familiares. Justo entonces dejó de sonar el violin de la calle. Era el violin del ciego al que Doña Agustina le daba un euro todos los días. El músico pobre presintió que su anciana benefactora acababa de abandonarle.
Agustinita, su nieta más pequeña, le dijo a su mamá:
- La abuelita me está hablando desde el Cielo, dice que no lloremos, que está bien.
Agustinita era una niña muy imaginativa, pero quién sabe de dónde vienen las imaginaciones de los niños?
Volvió a sonar el violin porque la vida continuaba para los demás y porque el pobre ciego aún no tenía una moneda en su sombrero.
Por un error mio, la zurbahistorieta de hoy ha quedado debajo de la titulada "Como un avión"
Akito Kyushu ya ha cumplido 112 años y es el hombre más longevo de Japón. Y este hombre aún tiene sueños y uno de ellos va a hacerse realidad. El honorable Akito había dicho que le encantaría montarse en el "Maglev", y el gobierno, atendiendo a su deseo, le ha invitado al viaje inaugural.
Estamos en 2.027 en la principal estación ferroviaria de Tokio. El tren ultraveloz "Maglev" va a cubrir la distancia entre Tokio y Nagoya en apenas una hora, y son 500 kilómetros!...
Entre las autoridades, empresarios, politicos de otras naciones y periodistas hay un invitado especial, un hombre del pueblo llano que nació en el primer cuarto del siglo XX, en el "remoto pasado", y que a ver su sueño convertido en realidad.
Akito, en pleno uso de sus facultades mentales, mira absorto por la ventanilla cuando el tren se pone en movimiento. Todos los pasajeros se han abrochado los cinturones de seguridad. La potencia del acelerón es como el despegue de un avión. En pocos segundos alcanza los 100 kilómetros por hora. Se recogen las ruedas cuando empieza a "flotar" en el aire, como si estas formasen parte del tren de aterrizaje de un avión. El SC Maglev LO levita a diez centímetros y muy pronto alcanza los 603 kilómetros por hora. Se desplaza dentro de una guía-viga de hormigón con forma de U. Unos potentes electroimanes lo propulsan y lo sostienen en el aire. ( A mayor electricidad, mayor campo magnético. El Maglev ( acrónimo de magnetic levitation ) necesita un campo magnético 100.000 veces más potente que el de la Tierra. Se usan materiales que transmiten mayor la electricidad cuando alcanza los 269 grados bajo cero )
Akito, "un hombre del pasado", disfruta como si se tratase de un maravilloso viaje al futuro, y de hecho lo es.
Pero esto no es ciencia ficción, amigos lectores. "El tren más rápido del mundo" fue probado con éxito el pasado martes, y, efectivamente, para el 2.027 está previsto el viaje inaugural Tokio-Nagoya. A lo mejor viaja en él algún centenario señor Akito!
La tortuguita Rita llegó a la meta la primerita. En segundo lugar se clasificó la tortuga Schugluga, y la tercera fue Champiflonia Champachinga.
"Viva Rita!", exclamaron todas las tortuguitas espectadoras de la carrera. Entonces apareció la gran tortuga Panchacojonia y les gritó a sus hijas:
- Insensatas!... locas!... desobedientes!... joputrucias!..., no os he dicho mil veces que no corrais?!..., no habeis pensado que os podeis matar?!..., ignorais acaso, oh, infelices, que las madres sufrimos muchísimo cuando las hijas os lanzais a carreras suicidas ilegales como si fueseis estúpidas liebres chipirritifráulidas o moteros humanos desquiciados?!...
Todas las tortuguitas se ocultaron en su caparazón óseo, muy avergonzadas ellas, conscientes de la gran irresponsabilidad irrestrimgórñiga de su conducta jacochuprolligüérdiga.
Moraleja: No te dejes ni una lenteja o Enriqueta te muerde una oreja, y si te pica el culo que te lo chupe con su saliva bendita el obispo de Alcalá de Henares, curas, putas y militares.
Era una hermosa noche de luna llena e infinidad de estrellas en la bóveda azul oscura del cielo. Carmelo y Jacinta se besaban ocultos en la arboleda, alejados de las mentes malpensantes de sus vecinos.
Jacinta era una viuda treintañera; Carmelo era veinteañero y estaba locamente enamorado de Jacinta.
Se les cortó la respiración cuando escucharon los motores de unos camiones que se acercaban. Los camiones se detuvieron a unos cien metros de la pareja. Aparcaron junto a la tapia del cementerio. Unos cuantos hombres descendieron de los vehículos. Unos hombres insultaban y empujaban a otros hombres.
Carmelo y Jacinta observaron la escena paralizados por el miedo. Los hombres que recibían los insultos fueron alineados contra la tapia del camposanto. Los otros hombres se echaron los fusiles a la cara.
De entre los condenados a morir surgió una voz potente:
- Vi va la República!
Seguidamente se escuchó otra voz:
- Fuego!
Una ráfaga de tiros terminó con las vidas de aquellos desdichados. Después recibieron varios "tiros de gracia"
Jacinta lloró mientras abrazaba con fuerza a Carmelo y le besaba castamente en la frente.
Carmelo tardó mucho en recuperarse de su estremecimiento. Este hombre no dejaría de oír en toda su vida la voz de su padre gritando "Viva la República!"
( En un remoto lugar de una lejana constelación... )
El coche no estaba en donde lo dejó aparcado. Y lo dejó muy bien aparcado. En el depósito de coches "raptados" por la policía municipal, tampoco le dieron razón de su seat Toledo azul matrícula de Almería. Denunció la desaparición y... jamás apareció!
Paulina se puso histérica porque su coche era su herramienta de trabajo como asistenta social. Recorría muchos kilómetros diariamente para visitar a familias con niños conflictivos o niños en custodia.
Muchísimos más kilómetros recorrió su coche porque se fue hasta la constelación de Alfa Centauro, 41´3 billones de kilómetros o 4´37 años de luz. Un equipo de reticulinianos expertos en tecnologías primitivas se dieron a estudiar aquella máquina prehistórica, un cacharro intervenido a una hembra humanoide, con el fin de sacar conclusiones respecto a los primeros motores activados por combustibles fósiles.
Silvino, un borrachín muy conocido por la policía local, provocó un coro de carcajadas en comisaría cuando les comunicó a los polis que un gran platillo volador había abducido un coche ante sus propias narices.
- Joder, Silvino, el alcohol está haciendo estragos en tu mente! - le dijo el cabo Ramírez - Echale cojones a la vida y vete un día a Alcohólicos Anónimos, hazme caso.
Pero al pobre Silvino no le hizo caso ni Iker Jiménez, y es que los beodos no gozan de mucha credibilidad.
Y el coche de Paulina pasó a la historia en el planeta Tierra del sistema planetario de una estrella enana llamada Sol.
- A ver si va a tener la razón el borrachuzo ese!... - aventuró un día la madre de Paulina.
- Mamá, por favor, estás tonta o qué?!
