miércoles, 22 de marzo de 2017

(95) El caso de la domadora asesinada.



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La inspectora se dirigió a una mujer joven que tendía ropa junto a su caravana:
— ¿Podría decirme, por favor, cual es la caravana del lanzador de cuchillos?
— Sí, pero Julián se está muriendo, lleva siete días en la cama, lo trajeron del hospital para que muriese en el circo.
— Vaya, lo siento — se le puso cara de tonta, no se esperaba eso — Perdone, Julián es tuerto, ¿verdad?
— Sí, claro — ahora era la circense la sorprendida — ¿por qué lo pregunta?
— Es que si lleva tantos días enfermo y ha estado ingresado en el hospital, me extraña que unos niños del pueblo sepan que hay un hombre tuerto en el circo.
— Es que son dos los tuertos, mi tío Julián y mi primo José Vicente.
— Ah, ¿y cual de los dos es el lanzador de cuchillos?
— Mi tío Julián, el que se está muriendo, ya se lo he dicho cuando me ha preguntado por la caravana del lanzador de cuchillos.
— Ah, es verdad. "¡Jo, qué tonta estoy!"
— Es que nunca quiso dejar el tabaco, sabe usted, hasta lanzaba los cuchillos con un cigarrillo en la boca, y a veces con un puro.
La inspectora tenía una comedura de coco en estos momentos: "¿Cual de los dos tuertos será el que expulsaron del Circo Fantasía Siglo XXI?" Recapacitó al momento: "Ah, bueno, sí, el de los cuchillos, el que se está muriendo"
— Oiga, ¿sabe usted si Julián... el que se está muriendo, conocía a alguien del Gran Circo de la Atlántida?
Advirtió un destello de desconfianza en su mirada.
— No lo sé, yo llevo poco tiempo en el circo, no tengo ni idea sobre las amistades de mi tío.
— Y al otro... al otro hombre tuerto, ¿en dónde le puedo localizar?
— Oiga, ¿es usted policía o algo así?
— Eh... es que me han hablado muy bien de los artistas de este circo y quiero hacer un reportaje para "La Voz de la Huerta" Soy periodista; bueno, aficionadilla.
Se inventó el periódico, mejor mentir que sacar su placa policial. Después de la orden del comisario Llorente, no le convenía presentarse ante nadie en Murcia como policía. Si no atrapaba al asesino y se corría la voz de que había estado investigando, podría ser expulsada del cuerpo.
— ¡Joder, ¿hay alguien que le haya hablado bien de este circo?, ¿de verdad?!


(Continuará)

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